Molas Panameñas
martes, 31 de mayo de 2016
martes, 26 de abril de 2016
MOLAS PANAMEÑAS
En el idioma kuna (dulegaya), mola significa
"ropa" o "blusa". El vestido completo tradicionalmente
incluye una falda (en dulegaya: saburet), una bufanda para la cabeza roja y
amarilla (en dulegaya: musue), mangas para los brazos y piernas (en dulegaya:
wini), un anillo de oro en la nariz (en dulegaya: olasu), y aretes en adición a
la blusa (en dulegaya: dulemor).
La indumentaria de las mujeres kuna, indígenas del archipiélago de San Blas, en
la costa caribeña de Panamá, resulta muy llamativa por su parecido con ciertos
atuendos tradicionales de Asia. Las kunas son las artífices del souvenir
panameño por excelencia, la mola, un tejido de formas geométricas hechas a base
de superposiciones. Los diseños están sacados de la naturaleza y tienen nombres
de inspiración religiosa. El origen de la mola, que se usa para confeccionar
prendas de vestir y textiles del hogar, es antiquísimo. La leyenda kuna cuenta
que una mujer llamada Naguegiryai fue elegida para visitar el recinto sagrado
de Kalu Dugbis, donde quedó extasiada por la belleza de las telas que decoraban
sus cuatro paredes. Los dibujos de las telas quedaron grabados en su memoria y
los reprodujo. Así nació la mola.
Historia
Las molas se originaron con la tradición de la mujer kuna
de pintar sus cuerpos con diseños geométricos, utilizando colores naturales
disponibles. Luego de la colonización española y el subsequente contacto con
los misioneros, los kunas empezaron a transferir sus diseños geométricos
tradicionales en telas, primero pintándolos directamente, luego utilizando la técnica
de apliqué en reversa. No se conoce con certeza cuando fue utilizada esta
técnica por primera vez. Se asumen que las molas más antiguas tienen entre 150
a 170 años de antigüedad.

Además de su inspiración geométrica, los kunas en los
últimos 50 años empezaron a crear diseños realistas y abstractos de flores,
animales, pájaros y del mar.
Dependiendo de la tradición de cada isla de Kuna Yala,
las mujeres kuna empiezan a confeccionar las molas cuando alcanzan la pubertad,
algunas otras mucho antes. Las mujeres de esta etnia que prefieren vestirse
normalmente son una minoría. Las molas tienen una gran importancia para los
kunas, pues son una de las principales obras de arte que identifican su
tradición y su cultura, además de ser una pieza muy adquirida como souvenir por
los visitantes del istmo.
Confección
Diseño de mola simulando la bandera kuna.
Las Molas son hechas completamente a mano utilizando, varias capas (usualmente
de 2 a 7) de diferentes colores son cosidas juntas. El diseño es luego formado
al cortar diferentes partes de cada capa. Los bordes de las capas son luego
cosidos. Las molas más finas tienen un cosido extremadamente fino, en estos
casos, se utilizan agujas muy pequeñas y delgadas.
El diseño principal es regularmente cortado de la primera
capa, y luego los otros diseños progresivamente más pequeños se van cortando de
las otras capas, revelando los colores de abajo. También es posible cortar
varias capas al mismo tiempo o cambiar la secuencia de colores. Algunas molas
incorporan parches de colores contrastantes, lo que le da variación de colores
al diseño.
Las molas varían en calidad, y el precio varía de acuerdo
a esto. Un gran número de capas es un signo de alta calidad. La calidad del
cosido también es un factor importante; en las mejores molas las puntadas son
casi invisibles.
Las molas pueden tomar desde unas semanas hasta 6 meses
para confeccionar, dependiendo de la complejidad del diseño.
Identidad de un país
La mola, identidad de país y raza tras las fronteras La mola, identidad de país
y raza tras las fronteras La mola, identidad de país y raza tras las fronteras
La mola, identidad de país y raza tras las fronteras La mola, identidad de país
y raza tras las fronteras.
La confección de molas es la principal actividad de la mujer guna y para muchas
familias constituye, si no la única, la más importante fuente de ingresos.
Los gunas son famosos por estas coloridas artesanías que
son utilizadas, inicialmente, para la vestimenta de sus mujeres y luego, como
producto comercial.
Este arte textil milenario ha dado a conocer a los gunas
en todo el mundo y se ha convertido en parte inseparable de su identidad. En
los últimos años, se ha consolidado como un popular producto de venta en los
mercados internacionales.
La mola ya no es solo artesanía, es moda.
Vilma Fernández contó que su único trabajo y la forma de
ganarse la vida es elaborando artesanías autóctonas de su región. ‘Yo trabajo
la mola, pero no es fácil, a veces demoro dos o tres meses, depende del diseño
que se esté elaborando; las molas tradicionales son las que llevan más trabajo’,
indicó.
‘A la gente le gusta mucho, pero no sabe todo lo que
cuesta trabajarlas; es duro y muchas veces los ojos duelen, ya que tenemos que
coser de día y de noche, pero me compensa ver mi trabajo en la ropa de vestir
de otros panameños que no son de nuestra raza’, reconoció.
Migdalia Chiari, de la comunidad de Cartí Tupile, también
se dedica a la confección de molas, arte del que se siente orgullosa.
Precios
Los precios dependen del arte que se trabaje. Van desde
5, 10, 30, 60 dólares y los más complejos superan los 100 dólares.
Dilcia montó su taller de confección de molas en una
barriada de la ciudad de Santiago, en donde ya cumplió doce años, y cuenta que
con sus artesanías ha podido educar a sus cuatro hijos.
Alexandra Krajczyczek, alemana, diseñadora e ingeniera en
confección de ropa de profesión y creadora de la colección AMK Panamá, trabaja
con comunidades de artesanos residentes en las comarcas Ngäbe–Buglé,
Emberá-Wounaan, Guna Yala, las provincias centrales y las montañas coclesanas.
‘A través de Arte D’ Moda tratamos de exportar innovaciones
y adecuaciones de artesanías tradicionales panameñas hechas a mano’, acotó.
La comerciante alemana señaló que la forma de trabajar
con las artesanas gunas es comprándoles las molas como materia prima para luego
elaborar productos como carteras o sobres de mola hechas con piedras.
Los trabajos del diseñador panameño José Valerin, a base
de molas, son admirados, tanto en Panamá como en el extranjero. En los últimos
años, Valerin se dedica casi exclusivamente al diseño con molas, por ser una
creación autóctona que no se produce en ninguna otra parte del mundo, de una
gran belleza y colorido.
Propiedad intelectual
La Ley no.20 del 26 de junio de 2002, del Régimen
Especial de Propiedad intelectual sobre los derechos colectivos de los pueblos
indígenas, fue creada para la protección y defensa de su identidad cultural y
sus conocimientos tradicionales. La mola y todos sus diseños, piezas originales
creadas por las artesanas, están amparadas por esa norma.
La Ley también menciona el reconocimiento de los derechos
colectivos de los pueblos indígenas sobre sus instrumentos de trabajo y arte
tradicional.
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