martes, 26 de abril de 2016




MOLAS PANAMEÑAS

En el idioma kuna (dulegaya), mola significa "ropa" o "blusa". El vestido completo tradicionalmente incluye una falda (en dulegaya: saburet), una bufanda para la cabeza roja y amarilla (en dulegaya: musue), mangas para los brazos y piernas (en dulegaya: wini), un anillo de oro en la nariz (en dulegaya: olasu), y aretes en adición a la blusa (en dulegaya: dulemor).



La indumentaria de las mujeres kuna, indígenas del archipiélago de San Blas, en la costa caribeña de Panamá, resulta muy llamativa por su parecido con ciertos atuendos tradicionales de Asia. Las kunas son las artífices del souvenir panameño por excelencia, la mola, un tejido de formas geométricas hechas a base de superposiciones. Los diseños están sacados de la naturaleza y tienen nombres de inspiración religiosa. El origen de la mola, que se usa para confeccionar prendas de vestir y textiles del hogar, es antiquísimo. La leyenda kuna cuenta que una mujer llamada Naguegiryai fue elegida para visitar el recinto sagrado de Kalu Dugbis, donde quedó extasiada por la belleza de las telas que decoraban sus cuatro paredes. Los dibujos de las telas quedaron grabados en su memoria y los reprodujo. Así nació la mola.




Historia
Las molas se originaron con la tradición de la mujer kuna de pintar sus cuerpos con diseños geométricos, utilizando colores naturales disponibles. Luego de la colonización española y el subsequente contacto con los misioneros, los kunas empezaron a transferir sus diseños geométricos tradicionales en telas, primero pintándolos directamente, luego utilizando la técnica de apliqué en reversa. No se conoce con certeza cuando fue utilizada esta técnica por primera vez. Se asumen que las molas más antiguas tienen entre 150 a 170 años de antigüedad.

Además de su inspiración geométrica, los kunas en los últimos 50 años empezaron a crear diseños realistas y abstractos de flores, animales, pájaros y del mar.
Dependiendo de la tradición de cada isla de Kuna Yala, las mujeres kuna empiezan a confeccionar las molas cuando alcanzan la pubertad, algunas otras mucho antes. Las mujeres de esta etnia que prefieren vestirse normalmente son una minoría. Las molas tienen una gran importancia para los kunas, pues son una de las principales obras de arte que identifican su tradición y su cultura, además de ser una pieza muy adquirida como souvenir por los visitantes del istmo.



Confección

Diseño de mola simulando la bandera kuna.

Las Molas son hechas completamente a mano utilizando, varias capas (usualmente de 2 a 7) de diferentes colores son cosidas juntas. El diseño es luego formado al cortar diferentes partes de cada capa. Los bordes de las capas son luego cosidos. Las molas más finas tienen un cosido extremadamente fino, en estos casos, se utilizan agujas muy pequeñas y delgadas.
El diseño principal es regularmente cortado de la primera capa, y luego los otros diseños progresivamente más pequeños se van cortando de las otras capas, revelando los colores de abajo. También es posible cortar varias capas al mismo tiempo o cambiar la secuencia de colores. Algunas molas incorporan parches de colores contrastantes, lo que le da variación de colores al diseño.
Las molas varían en calidad, y el precio varía de acuerdo a esto. Un gran número de capas es un signo de alta calidad. La calidad del cosido también es un factor importante; en las mejores molas las puntadas son casi invisibles.
Las molas pueden tomar desde unas semanas hasta 6 meses para confeccionar, dependiendo de la complejidad del diseño.



Identidad de un país
La mola, identidad de país y raza tras las fronteras La mola, identidad de país y raza tras las fronteras La mola, identidad de país y raza tras las fronteras La mola, identidad de país y raza tras las fronteras La mola, identidad de país y raza tras las fronteras.



La confección de molas es la principal actividad de la mujer guna y para muchas familias constituye, si no la única, la más importante fuente de ingresos.
Los gunas son famosos por estas coloridas artesanías que son utilizadas, inicialmente, para la vestimenta de sus mujeres y luego, como producto comercial.

Este arte textil milenario ha dado a conocer a los gunas en todo el mundo y se ha convertido en parte inseparable de su identidad. En los últimos años, se ha consolidado como un popular producto de venta en los mercados internacionales.

La mola ya no es solo artesanía, es moda.
Vilma Fernández contó que su único trabajo y la forma de ganarse la vida es elaborando artesanías autóctonas de su región. ‘Yo trabajo la mola, pero no es fácil, a veces demoro dos o tres meses, depende del diseño que se esté elaborando; las molas tradicionales son las que llevan más trabajo’, indicó.
‘A la gente le gusta mucho, pero no sabe todo lo que cuesta trabajarlas; es duro y muchas veces los ojos duelen, ya que tenemos que coser de día y de noche, pero me compensa ver mi trabajo en la ropa de vestir de otros panameños que no son de nuestra raza’, reconoció.

Migdalia Chiari, de la comunidad de Cartí Tupile, también se dedica a la confección de molas, arte del que se siente orgullosa.



Precios
Los precios dependen del arte que se trabaje. Van desde 5, 10, 30, 60 dólares y los más complejos superan los 100 dólares.
Dilcia montó su taller de confección de molas en una barriada de la ciudad de Santiago, en donde ya cumplió doce años, y cuenta que con sus artesanías ha podido educar a sus cuatro hijos.


EL MERCADO JAPONÉS SE INTERESA EN LA MOLA GUNA
Alexandra Krajczyczek, alemana, diseñadora e ingeniera en confección de ropa de profesión y creadora de la colección AMK Panamá, trabaja con comunidades de artesanos residentes en las comarcas Ngäbe–Buglé, Emberá-Wounaan, Guna Yala, las provincias centrales y las montañas coclesanas.
‘A través de Arte D’ Moda tratamos de exportar innovaciones y adecuaciones de artesanías tradicionales panameñas hechas a mano’, acotó.
La comerciante alemana señaló que la forma de trabajar con las artesanas gunas es comprándoles las molas como materia prima para luego elaborar productos como carteras o sobres de mola hechas con piedras.
Los trabajos del diseñador panameño José Valerin, a base de molas, son admirados, tanto en Panamá como en el extranjero. En los últimos años, Valerin se dedica casi exclusivamente al diseño con molas, por ser una creación autóctona que no se produce en ninguna otra parte del mundo, de una gran belleza y colorido.





Propiedad intelectual
La Ley no.20 del 26 de junio de 2002, del Régimen Especial de Propiedad intelectual sobre los derechos colectivos de los pueblos indígenas, fue creada para la protección y defensa de su identidad cultural y sus conocimientos tradicionales. La mola y todos sus diseños, piezas originales creadas por las artesanas, están amparadas por esa norma.

La Ley también menciona el reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas sobre sus instrumentos de trabajo y arte tradicional.